Cuando veo por la red una receta que me gusta la guardo sin fijarme mucho. Y, alguna vez, al releerla para prepararla me doy cuenta de que los ingredientes no me cuadran. Eso fue lo que me pasó con esta coca de mantequilla.
Para salir del paso tuve que improvisar esta coca de manera que la masa que ya estaba a medias no fuese a la basura. La receta pedía 200 gramos de harina pero la cantidad de líquidos era desproporcionada. De eso me di cuenta cuando tenía una «papilla» inmanejable en el bol
El resultado fue más que satisfactorio. Una coca de mantequilla ideal para comer sola o acompañando a un buen embutido.
Aunque, si lo que te apetece es tomar una coca sin acompañamiento, puedes quedarte con la coca de tomate de Villareal.
INGREDIENTES:
Harina de trigo: 700 gramos.
Agua: 100 mililitros.
Leche entera: 100 mililitros.
Aceite de oliva virgen extra: 100 mililitros.
Huevos: 2.
Levadura fresca: 14 gramos.
Sal: 5 gramos.
Mantequilla: 50 gramos.
ELABORACIÓN de la coca de mantequilla:
En un bol mezclamos la harina y el agua (reservamos un poco de agua para disolver la levadura) y dejamos que repose durante media hora. Después del reposo añadimos el resto de los ingredientes, excepto la mantequilla, y empezamos a amasar.
Si la masa se tensa y nos cuesta amasarla, la dejamos reposar 5 minutos de manera que el gluten del trigo se relajará y no nos ofrecerá tanta resistencia. Este descanso podemos hacerlo tantas veces como sea necesario.
Una vez que la masa esté lista, sin grumos, la dejamos fermentar dentro de un bol que taparemos con papel film.
Cuando la masa haya doblado su volumen continuamos trabajando: en un cazo ponemos la mantequilla y con el fuego al mínimo dejamos que se vaya derritiendo.
Colocamos papel de hornear sobre la bandeja del horno, pintamos el papel con la mantequilla derretida y volcamos la masa sobre el papel.
Con las manos la estiramos hasta que ocupe toda la bandeja. Durante este proceso podemos recurrir al reposo si vemos que la masa se encoge después de estirarla. La dejamos descansar un rato y seguimos estirando.
Encendemos el horno a 250ºC con una bandeja metálica en el suelo del mismo.
Cuando veamos que la coca ha subido la pintamos de nuevo con mantequilla derretida y espolvoreamos por encima unas escamas de sal.
Metemos la coca en el horno y volcamos medio vaso de agua sobre la bandeja metálica que habíamos dejado en el suelo del horno.
Apagamos el horno durante 10 minutos.
Retiramos la bandeja con el agua y horneamos 15 minutos a 220ºC.
Apagamos el horno y dejamos la coca dentro durante 10 minutos.
Sacamos la coca del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.
Ay esas recetas con erratas… y nadie estamos libres de que nos pase alguna vez! Pero lo supiste capear estupendamente!
Cualquier cosa antes que tirar comida 😉
Alguna que otra vez tambien me ha pasado pero no he sabido sacar tan buen partido a la receta como tu , pedazo de coca has echo seguro que estaba de rexupete se ve divinisimaaaa.
Bicos mil wapa.
Gracias 🙂
Hola Alicia! Qué rabia me da cuando pasa eso, ya tienes las manos en la masa (nunca mejor dicho) y te das cuenta que algo falla. Menos mal salvaste tu coca! Tiene una pinta ideal mmm! Besitos!
Gracias Marina 🙂 ¡Cuantas cosas nos pasan!, ¿verdad?.
Menos mal que conseguiste salvar la receta Alicia! A mí me pasó eso hace meses con un brownie, por más que lo horneaba eso no había forma de que cuajara, se quedaba líquido por dentro. Al final tuvo que ir a la basura con todo el dolor de mi corazón.
Yo habría hecho un helado con la masa, jajaja. Ya, no se si sería posible pero es que lo de tirar la comida se lleva fatal, ¿eh?. Cuando me sale algo mal, si es salado, el perro se pone muy contento 😛