¡Buenos días!
Esta mañana me he levantado con un trozo de salmón congelado en la cama, ¡casi nada!. Y es que anoche a mi marido se le olvidó recoger el cajón del congelador y Rasca ha estado haciendo de las suyas. Por suerte, los daños han sido mínimos: unos cubitos y un trozo de pescado; el resto, milagrosamente, seguía en su sitio.Ya veis que este perro da para mucho.
Ahora no puedo ponerme antimosquitos delante de él porque actúa como un perro de Pavlov y se pone a brincar pensando en que nos vamos de paseo. Sabe que cuando salimos de paseo me pongo antimosquitos, lo que no sabe es que me lo pongo más veces. Ya os podéis imaginar que con semejante compañero es imposible tener tranquilidad en casa: cuando no me está mordisqueando el culo, está robando los peluches de Diego o intentando jugar con los gatos, aunque ellos estén tan erizados que parezcan un pez araña.
Y después de las Rasca aventuras, vamos a comer.