
Las torrijas son el dulce de la Semana Santa por excelencia. De origen francés, pero nos hemos apropiado de este postre como si lo hubiésemos inventado nosotros.
Yo confieso que son mi postre predilecto cuando me sobra algo de pan, así que las comemos varias veces al año. Son tan fáciles de hacer que merece la pena aprovechar el pan que no hayamos comido y darnos un capricho para desayunar o merendar.
Para preparar unas buenas torrijas solo necesitas pan del día anterior.
Si quieres conocer otro dulce típico de la Semana Santa, ¿qué te parecen los huesos de San Expédito?
INGREDIENTES:
Pan.
Leche.
Huevos.
Azúcar.
Aceite de oliva virgen extra sabor suave.
ELABORACIÓN:
Corta el pan en rebanadas.
En un plato hondo pon la leche y remoja el pan en ella. Según el tipo de pan será necesario remojar más o menos. Si es pan del día será suficiente con hacerlo vuelta y vuelta, para que no se rompa.
En otro plato hondo casca los huevos y bátelos. Pasa el pan remojado por los huevos y fríelo en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén doradas por los dos lados.
Ponlas en un colador grande para que escurra el aceite sobrante y después pásalas a un plato. Espolvorea azúcar sobre ellas (o azúcar y canela, azúcar y unas ralladuras de limón…).






Ummm, deliciosas!
¡Gracias!