Aunque el sabor de la trufa no me entusiasma, la proporción en este pan es tan baja que solo le aporta un ligero sabor diferente. Esta trufa fue un obsequio de una boda a la que fue mi marido y quería darle salida, aunque ya había utilizado un parte cuando hice los paccheri.
INGREDIENTES:
Harina blanca de espelta: 500 gramos.
Harina de trigo: 200 gramos.
Agua: 400 mililitros.
Sal: 10 gramos.
Aceite de oliva virgen extra: 50 mililitros.
Levadura fresca: 14 gramos.
Trufa negra: una cucharada.
Valores nutricionales (por ración de 50 gramos):
Kilocalorías: 136.
Hidratos de carbono: 20 gramos.
Grasas: 2 gramos.
Proteínas: 4 gramos.
Precio (por ración de 50 gramos): 0,14€.
ELABORACIÓN del pan de espelta:
En un bol mezclamos el agua y la harina y dejamos que repose tapado durante media hora. Reservamos un poco de agua para disolver la levadura.
Templamos el agua que hemos guardado y echamos la levadura, revolviendo bien. La añadimos a la masa.
Añadimos el resto de los ingredientes (excepto la trufa) y amasamos con reposos; esto es, amasado de unos 5 minutos y reposo de 10 minutos. Este proceso debemos repetirlo hasta que la masa esté lisa, sin grumos.
Pasamos la masa a un bol con aceite y echamos la trufa. Plegamos sobre sí misma; imaginándonos que es un cuadrado estiramos y doblamos hacia el centro cada lado. Cubrimos el bol con papel film y dejamos que repose durante 30 minutos.
Este proceso lo repetimos dos veces más. Después del tercer plegado dejamos que fermente, a temperatura ambiente o en nevera.
Este sería el proceso:
Plegado – Reposo de 30 minutos – Plegado – Reposo de 30 minutos – Plegado – Fermentación.
Si hacemos la fermentación en nevera la dejaremos un rato a temperatura ambiente hasta que arranque la fermentación.
Formado:
Cuando la masa haya subido la volcamos sobre la superficie de trabajo, la desgasificamos y la preformamos.
Dejamos que la masa repose media hora y le damos forma.
Encendemos el horno a 250ºC con una bandeja metálica en el suelo del horno.
Cuando el pan esté listo para ser horneándolo metemos en el horno; volcamos medio vaso de agua y apagamos el horno durante 10 minutos.
Pasados el tiempo encendemos el horno, retiramos la bandeja con agua y horneamos 10 minutos a 220ºC con calor solo abajo.
Después necesitará otros 20 minutos con calor arriba y abajo a la misma temperatura.
Antes de sacarlo del horno comprobamos que está bien cocido dándole unos golpes en la base del pan y comprobando que suena a hueco.
Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.
Qué bien te ha quedado, y con trufa no lo he probado nunca, pero debe tener un sabor muy característico.
Desde luego, como el pan casero no hay nada. ¡Delicioso!
Gracias 🙂 lo de la trufa surgió por aprovechar unos restos que tenía en la nevera y con el cuento de que al pan le pega todo… 🙂