Durante muchísimos años, las únicas tartas que me gustaban eran las de chocolate. No recuerdo en qué momento decidí abrir mi paladar y probar la tarta de queso…lo que me estaba perdiendo! Creo que aún no he encontrado una que no me guste ni tampoco que sea difícil de hacer.
Esta receta la encontré en Dulce Muffin buscando una tarta que llevase nata porque tenía un brick a punto de caducar. Si te animas a hacerla seguro que te gusta tanto como a mi. También puedes probar otra tarta de queso al horno que tengo por aquí.
INGREDIENTES:
Huevos: 4.
Azúcar: 175 gramos.
Nata (35% M.G.): 200 mililitros.
Queso de untar: 500 gramos.
Harina: 1 y 1/2 cucharadas.
Valores nutricionales (por porción de 50 gramos):
Calorías: 133.
Hidratos de carbono: 9 gramos.
Grasas: 10 gramos.
Proteínas: 2 gramos.
Precio (por porción de 50 gramos): 0,17€.
ELABORACIÓN de la tarta de queso:
Precalienta el horno a 220ºC.
En un bol, bate el azúcar con los huevos hasta que la masa esté bien integrada. Añade el queso de untar y bate de nuevo hasta que la masa esté homogénea. Sin dejar de batir, añade la nata. Por último, añade la harina.
Forra un molde con papel de horno y vierte la masa en él. Mete el molde en el horno y hornea durante 45 minutos. En la receta original, el horneado se realiza sólo con ventilador. Mi horno no tiene esta opción, así que lo puse con calor abajo y ventilador.
Hay que ir controlando la cocción: si se tuesta demasiado por arriba, cubre con papel de aluminio. Como no queremos que se seque demasiado, cuando pinches la tarta con un palillo y este salga limpio, sácala del horno.
Durante la cocción, la tarta sube muchísimo, pero en cuanto la sacas del horno baja, esto es normal.
Una vez cocinada, deja que enfríe 15 minutos en el molde (o hasta que el molde esté frío). Desmolda y métela en la nevera. Se puede comer fría o a temperatura ambiente (yo prefiero a temperatura ambiente).





