Después de unos días de vacaciones hemos vuelto a la rutina. Unos días en Asturias para visitar a la familia y vuelvo con las pilas cargadas para afrontar el calor que empieza a hacer por Zaragoza. Llevo realmente mal estos primeros días de calor, a mi cuerpo le cuesta acostumbrarse a estas subidas repentinas de temperatura. Menos mal que en un par de semanas abrirá la piscina y pasaremos la tarde a remojo.
Mi mano ya está completamente recuperada y por fin puedo conducir de nuevo. Estos días de recuperación dependía de mi marido para moverme en coche y no lo llevaba nada bien, jajaja.